4.2.09

Traduttore, traditore

Recién finalizó mi colaboración con CNNExpansión. Traducir para el portal financiero supuso una lluvia de aprendizaje constante, palabra a palabra, todos los días, desentrañando las tripas de la economía (ora en voz de Colin Barr, David Goldman, Anne Fisher, Jeanne Sahadi, Paul R. La Monica o Geoff Colvin, los de cajón).

Diccionarios especializados y algunas horas de estudio para poder comprender el lenguaje que nombra una realidad que nos ha llevado al carajo (llevo meses volcando al español, con la misma cautela, suaves preludios para la “R word”, Recesión…desaceleración, ralentización, debilidad económica, escaso crecimiento, espiral descendente…), tan cerca y tan lejos de los de a pie.

Solía despertarme con las noticias de CNN para adivinar el tema que tendría la traducción de ese día (ah, ya cayó Lehman, AIG, oohh, las automotrices gringas, el rescate, desplome en las bolsas, Maddoff, Steve Jobs). Comencé a tomarle el gustillo a la economía, prefería traducir sobre eso que sobre viajes al Amazonas, novedades tecnológicas o autos híbridos.

Echaré de menos la urgencia de la entrega, el reto de trasvasar con claridad, verter sin tanta pérdida, la “negociación” como la llama Umberto Eco. Echaré de menos la desprestigiada literatura de periódico, el estilo argumentativo del periodismo de opinión norteamericano.

Vale. Ya no traduzco economía, volveré a los días en los que sólo interpretaba las monedas en mis manos.